sábado, 5 de febrero de 2011

Paul Thomas Anderson podría adaptar "Inherent Vice"


Se dice, se cuenta, se rumorea que...

Paul Thomas Anderson, director de "Pozos de Ambición", "Punch-Drunk Love" o "Magnolia" (entre otras), podría estar interesado en llevar al cine "Inherent Vice", la última novela de Thomas Pynchon. Aunque la rumorología habitual de Hollywood invita a la prudencia parece ser que director estaría interesado en contar con Robert Downey Jr. como protagonista aunque problemas de agenda podrían descartarlo del proyecto, cuyo estreno tendría lugar en 2013.



viernes, 4 de febrero de 2011

Marzo 2011: "Vicio Propio", de Thomas Pynchon



Al firmar el contrato de alquiler, los dos inquilinos ... habían lanzado una moneda para ver quién se quedaba la suite del piso de arriba, y Doc había perdido o, como prefería creer, ganado. El rótulo de su puerta rezaba LSD INVESTIGATIONS; y LSD significaba «Localización, Seguimiento ... Detección». Bajo el rótulo había una reproducción de un gigantesco ojo inyectado en sangre con los colores psicodélicos de moda, el verde y el magenta, y el pintado de los detalles de sus literalmente millares de desquiciados capilares había sido subcontratado a una comuna de colgados del speed… Clientes potenciales se habían pasado horas contemplando el Laberinto ocular, olvidándose a veces de para qué habían ido allí. 




LA EDITORIAL:

Se llama Sportello..., Doc Sportello, y no es agente secreto, sólo un detective privado un tanto peculiar –peinado afro, más bien canijo, con una memoria que le flaquea por el exceso de marihuana– en el colorista Los Ángeles de finales de los años sesenta. Hacía ya tiempo que Doc no veía a su ex, Shasta, seductora femme fatale que antes vestía sandalias, camiseta desteñida y bikini estampado de flores, cuando ésta recurre a sus servicios porque ha desaparecido su nuevo amante, un magnate inmobiliario que había visto la luz del buen karma, un tanto distorsionada por el ácido, y quería devolver a la sociedad todo lo que había expoliado. Sportello se ve enredado entonces en una intriga de intereses espurios en la que los escrúpulos, como en un mal viaje psicodélico, chispean por su ausencia. Hasta ahí, la trama, casi clásica, de una novela negra.

A partir de ahí, Pynchon..., Thomas Pynchon, pergeñando un retrato poliédrico y desbocado de una época en la que todavía se creía que bajo los adoquines se extendía la playa: surfistas embriagados de la mitología de las olas gigantes, combatientes de Vietnam o agentes del FBI reconvertidos en hippies, pandillas carcelarias, la escabrosa sombra de Charlie Manson y sus sumisas acólitas, una brutal organización secreta de dentistas, polis corruptos, una protointernet con protohackers, bellas masajistas, un violento ex presidiario de sexualidad ambigua, camellos que trapichean con caballo y políticos que trapichean con vidas, películas en blanco y negro, Godzilla y John Garfield, Star Trek y Hawai 5-0...

Todo sazonado con diálogos, juegos de palabras y guiños hilarantes, al ritmo de una banda sonora frenética que sirve de fondo a una mirada teñida de nostalgia al final de una época, una mirada nublada por una bruma melancólica –de humo de marihuana o de la calima que cubre la costa californiana un día sí y otro no–, a veces, con la cualidad de un espejismo o de un sueño que nos han hurtado  porque, al fin y al cabo, siempre quisimos ir a L.A.




LA CRITICA

El libro más divertido que ha escrito Pynchon. Y un resumen desmadrado y majestuoso de todo lo que le ha convertido en una voz única y de las más poderosas de América. ROB SHEFFIELD, ROLLING STONE

Imagínese la película de culto El gran Lebowski convertida en novela, con unos toques añadidos de Chinatown y L.A. Confidential por si acaso. Imagínese su novela de misterio favorita de Raymond Chandler o James Crumley reescrita en versión hippy. MICHEL DIRDA, THE WASHINGTON POST

Vicio propio es Pynchon en una de sus disparatadas diversiones, todo un placer. STUART KELLY, SCOTLAND ON SUNDAY

Uno de los escritores más oscuros y tercos de América ha creado la lectura de playa más divertida del verano. TIM MARTIN, THE TELEGRAPH

Un recordatorio de las promesas y fracasos de un efímero momento de nuestra historia en el que todas las normas quedaron Invalidadas y los límites se borraron. ROBERT L. MCLAUGHLIN, REVIEW OF CONTEMPORARY FICTION

La crítica se ha extrañado –y ha celebrado– lo que no han dudado en definir como «Pynchon Lite» y «Pynchon Best-Seller eraniego». De acuerdo. Pero la cosa no es tan así por más que el tercio final del asunto no tenga nada que envidiarle al más eficaz de los thrillers. Mejor, tal vez, pensar en un «Pynchon de Vacaciones» que no por eso dejará de ser el mismo trabajador Pynchon de Siempre. RODRIGO FRESÁN, PÁGINA 12